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Eres una Madre Radar

Actualizado: 16 dic 2020

¿Eres una madre inquieta y en constante búsqueda de información acerca de cómo educar mejor a tus hijos?, A pesar de que te encuentras con ideas muy interesantes, ¿te sientes colapsada ante tanta información y tantas teorías a veces contradictorias?

Yo sí. Por eso me gustó tanto asistir al evento Gestionando Hijos que se llevó a cabo el sábado pasado (12/12/2015) en Madrid (www.gestionandohijos.com). Allí encontré a muchos padres y madres que como yo, tienen claro que la mater-paternidad es una tarea llena de dudas e incertidumbres. Sin duda fue una experiencia muy interesante, en donde pude reflexionar y ampliar mi mirada.


En el evento encontré muchos temas sugerentes, sin embargo hubo una idea de la que hablaron varios de l@s ponentes y que me llegó muy hondo, por eso hoy quiero compartirla contigo. Se trata de la importancia de rescatar el sentido común. Si, parece sencillo pero tristemente en la actualidad no lo es tanto y aquí parafraseo a Heike Freire que comentó que vivimos en un momento en que muchas cosas de sentido común se han convertido en utopías. Ella hablaba concretamente de la importancia que tiene para los seres humanos el contacto con la naturaleza, pero esto se puede extrapolar a muchos otros temas como la alimentación, el deporte, la comunicación, etc, de lo que también hablaron otros ponentes.

En la actualidad vivimos en una sociedad cada vez más compleja. Nunca antes habíamos tenido acceso a tanta información de tan variadas fuentes. Pero como consecuencia de tanta información, las personas estamos cada vez más perdidas y confundidas. Y en esta confusión y sobresaturación también también nos encontramos las madres y los padres.

Sin duda, muchos de los que tenemos hijos hoy estamos en continua búsqueda, somos especialmente críticos con la manera en que fuimos educados y aunque valoramos el esfuerzo que hicieron nuestros padres, hay muchas cosas que nos chirrían. Y aunque sabemos aquello que no queremos, el problema es que con tanta información, ya no sabemos que es lo que si queremos. Hay una metáfora que escuché hace algunos años y que me resulta muy ilustrativa de cómo funciona nuestra sociedad y que dice que pasamos de tener faros a tener radares. Ya no tenemos referente fijos y claros, sino que estamos en continua búsqueda. Y esto es interesante porque nos da mucha flexibilidad, es más ajustado a un mundo cada vez más cambiante, pero a veces nos deja perplejos y más cuando se trata de educar a nuestros hijos.


Es por ello que la idea de apelar de nuevo al sentido común me gustó. Pero ahora te estarás preguntando y entre tanta información, ¿que sería de sentido común? Pues a mi modo de ver tener sentido común implica dejarnos permear por la información y las teorías. Coger cualquier idea, consejo, investigación, etc y pasarla por nuestras entrañas en lugar de que se quede sólo en nuestra mente. Es preguntarnos, ¿cómo me resuena esto o aquello?, ¿está bien para mi?, ¿se adapta a mis necesidades y a las de cada uno de los miembros de mi familia?, ¿es compatible con mis valores y con mi realidad concreta?


Y es que el sentido común implica saber que cada persona es distinta y por tanto cada hijo es distinto, cada pareja es distinta y cada familia es distinta, parece obvio, ¿no? Y en ese sentido las teorías, como todo, son creadas por las personas y tienen intereses de fondo, se producen en un lugar concreto, en un momento histórico concreto y por tanto no pueden ser 100% generalizables. En fin, que todo depende.

¿De que depende? como dice la canción, pues de nuestra historia, de nuestra personalidad, de nuestros deseos e intereses.

Así pues a mí el mensaje me llegó hondo, porque me reafirmó en una idea que me venía rondando hace rato en la cabeza y es que aunque yo personalmente tengo unas preferencias a nivel teórico y trabajo a partir de ellas, para acompañar a mis hijos y para ayudar a otras madres, cada vez más lo veo todo con ojos críticos, lo considero incompleto e imperfecto. Por eso es que intento huir de los consejos y de las defensas a ultranza y escucho menos la voz que me dice lo que «debería hacer» o lo que «sería más saludable» o «más recomendado» y más la que se pregunta si eso me va a hacer bien y si en definitiva me va a hacer más feliz a mi y a mi familia hoy. Porque al final la vida es un suspiro y mañana no se sabe.

​Déjame tus comentarios, me encantará conversar contigo.

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