Vivimos en una sociedad en donde se da poca importancia a las emociones y sin embargo ellas están presentes en todos los momentos de nuestra vida. Cuando tomamos decisiones, cuando aprendemos, cuando nos centramos en un tarea, cuando nos relacionamos con personas nuevas o conocidas, etc. Tal como nos dice Daniel Goleman, las emociones son como un río subterráneo que no percibimos porque no nos lo permitimos y sólo nos percatamos de ellas cuando ese río se desborda.
La ignorancia emocional nos causa enfermedades crónicas, estrés, insomnio, relaciones conflictivas, dolores de espalda, en fin, mucho sufrimiento cotidiano y aún así seguimos dándole la espalda a lo que sentimos.
¿Y cómo podemos superar este analfabetismo emocional?
Aprendiendo que cada uno de nosotros vive las emociones de manera particular y que esa vivencia emocional depende de nuestra historia de relaciones.
Adentrándonos en nuestro cerebro emocional, conectando con nuestra esencia a través del silencio, la calma y la meditación.
Aumentando nuestro vocabulario emocional, ya que como no hemos sido educados emocionalmente, no logramos tan siquiera ponerle nombre a aquello que sentimos.
Nuestro cerebro necesita la emoción para pensar y para actuar, así que si logramos educarnos emocionalmente seguramente tendremos más bienestar físico, disfrutaremos más de nuestro día a día pues tendremos nuestra mente clara y centrada y no sucumbiremos tan fácilmente a la marea emocional y en últimas seremos más felices.
Entonces ¿qué esperamos para dar el paso y comenzar a aprender a gestionar nuestras emociones? Esto sin duda será un gran regalo para nosotros y para quienes nos rodean!!!
Déjame tus comentarios, me encantará conversar contigo.
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