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Heroínas de la cotidianidad

Actualizado: 16 dic 2020

Han pasado muchos años desde que las mujeres en occidente empezaron a reivindicar con fuerza sus derechos. Gracias a las luchas de nuestras antepasadas contra la fuerte tradición patriarcal, hoy gozamos de innumerables conquistas. La independencia socioeconómica, la igualdad de oportunidades, la libre expresión de las opiniones, son sólo algunos de los logros femeninos y entre ellos el cambio de visión acerca de la maternidad.


Ahora para muchas mujeres el hecho de ser madres ya no es un destino sino una elección, lo cual resulta muy afortunado por cierto. Sin embargo, a pesar de ser algo que elegimos, muchas veces acabamos viviendolo como una esclavitud. ¿Cuántas de nosotras no nos sentimos atrapadas tras pasar innumerables noches sin dormir, o cuando no tenemos ni un minuto para ir al lavabo o para comer tranquilas?


No es de extrañar que algunas mujeres decidan liberarse de entrada, buscando igualar la tarea con su pareja y así poder gozar, al menos, del cincuenta por ciento de su libertad. Pero a pesar de los acuerdos de pareja y de la enorme implicación de su partenaire, al final el bebé sólo se calma en sus brazos, sólo come de su plato y duerme mejor con su arrullo.


¿Por qué nos pasa esto a las mujeres de hoy en día?, ¿por qué vivimos de esta manera la maternidad? Pareciera que a pesar de los avances sociales nuestra idea de maternidad no ha cambiado, al parecer sigue siendo una tarea de poco valor y no le damos el lugar que se merece.


Pero ¿y si nos diéramos cuenta de que el poder que tenemos las madres no lo tiene ningún otro rol en nuestra sociedad?, ¿si nos viéramos a nosotras mismas como unas heroínas de la cotidianidad, porque con el amor y la dedicación que brindamos a nuestros hijos, estamos garantizando que ellos en el futuro puedan ser capaces de amar a otros?, ¿y si creyéramos firmemente que al escuchar sus miedos, rabias y alegrías estamos enseñándoles a gestionar sus emociones y a ser empáticos con los demás?, ¿y si cuando estamos cansadas de no poder dormir, pensáramos que gracias a nuestra atención y disponibilidad ellos desarrollaran una actitud de generosidad?


Está en nuestras manos cambiar la manera de vivir la maternidad, depende de cada una de nosotras vivirla como una esclavitud o más bien como la mejor oportunidad para comenzar a cambiar el mundo. Es nuestra opción reconocer que con cada acción cotidiana podemos dejar a la humanidad el legado del amor o el de la soledad y el abandono.


​Déjame tus comentarios, me encantará conversar contigo.

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